miércoles, 20 de agosto de 2014


INTERESES Y MOTIVACIÓN PARA EL APRENDIZAJE
Carmelo Basoredo Ledo

Resumen
Se trata de una síntesis, desde un punto de vista propio, de los contenidos más importantes del libro “El elemento” de Ken Robinson, editado en Barcelona por Random House Mondadori. En este libro el autor trata sobre el hecho de descubrir aquello que nos apasiona hacer en la vida, como una fuente de un imparable comportamiento de logro.

1.- Planteamiento general
Hay demasiadas personas que creen que no son competentes para nada y esta creencia es un efecto pernicioso del sistema educativo, que no les ayudó o, que, incluso, les impidió encontrar sus aficiones.
Mucha gente que tiene poca suerte a la hora de descubrir sus talentos, por lo que no sabe realmente cuál es su elemento, su lugar y aquello que, de forma natural se les da bien y les entusiasma.

Algunas de las razones de esta carencia son:
a) Tienen una percepción muy limitada de sus capacidades naturales.
b) Se obsesionan por ejercitar unas determinadas habilidades que no les van.
c) El sistema educativo da preponderancia a unas materias sobre otras, jerarquizándolas y utilizando determinados tipos de evaluación nada convenientes.

El énfasis de todas las reformas educativas reside en el control del plan de estudios y la determinación rígida de lo que se espera que aprenda la gente, así como en la evaluación de los objetivos alcanzados, obviando los que supone el proceso de ayuda para el aprendizaje.
Sin embargo, el método más eficaz es invertir en la mejora de la enseñanza, no estandarizándola, sino personalizándola para que las personas puedan descubrir sus talentos y desarrollarlos por medio del aprendizaje.
En el libro aparecen múltiples ejemplos de cómo aquellas personas pudieron desarrollar sus aptitudes, por encima de todos los obstáculos sociales y naturales que supieron superar.


2.- Nociones y alcance del elemento
Ken Robinson define el elemento como el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales. Este elemento tiene 2 características principales y 2 condiciones, sus atributos son la capacidad y la vocación y sus requisitos la actitud y la oportunidad.

Para este autor la inteligencia es polifacética, heterogénea, dinámica y muy peculiar, por lo que la relación entre creatividad e inteligencia es muy estrecha. La creatividad no es más que el proceso de llevar a la práctica aquello que nos imaginamos, mediante un delicado equilibrio entre la producción de ideas, el análisis y evaluación de las posibilidades de materialización que ofrecen, y el perfeccionamiento de los productos. Por tanto, las personas que no se consideran creativas es porque no han encontrado su medio, ni ese elemento en el que se pueden desenvolver con extraordinaria soltura.

Para ello es muy importante conectar con otras personas que comparten la misma pasión, sabiendo que pueden colaborar con nosotros o competir en un mismo espacio. Por tanto, en relación con un mismo elemento distinguiremos entre el dominio y el campo. El dominio se refiere al tipo de actividad o disciplina, mientras que el campo abarca a las personas que comparten el mismo elemento. Obviamente, nadie tiene por qué estar limitado a un único dominio ni a un único campo o círculo de influencia de las personas de una misma tribu.

Estar en su elemento no implica dedicación exclusiva al mismo. Muchas personas compatibilizan su trabajo y las actividades de su elemento. No obstante no podemos confundir la dedicación al tiempo libre y el entretenimiento, porque éste requiere un esfuerzo físico o mental, que tiene la particularidad de incrementar nuestra energía en vez de agotarla. En este sentido, el elemento se identifica más con entretenimiento que con las actividades de ocio.

3.- Dificultades y barreras para encontrar el propio elemento

Las dificultades pueden ser de tipo personal, social o cultural. En el ámbito individual, estas dificultades están ligadas a limitaciones físicas, psíquicas o actitudinales, si bien, cuando las personas afrontan positivamente, con total determinación, una situación difícil, generalmente descubren multitud de oportunidades para su autorrealización.

Si las barreras e impedimentos tienen que ver con obstáculos interpuestos por terceras personas, como la desaprobación o la negativa, ya sea en el entorno familiar, escolar o del grupo de iguales, es probable que no quede otro remedio que separarse, saliendo del círculo en el que se originan las trabas, y tomando una adecuada distancia para favorecer el desarrollo de los proyectos personales.

Cuando se trata de prejuicios o valores culturales, como la necesidad de mantener ciertos comportamientos apropiados, tal vez sea necesario esforzarse en nadar contra corriente, a pesar de todo.

Las limitaciones por razones de edad o derivadas del envejecimiento son relativas. Algunos sueños son imposibles en determinados períodos de la vida, pero existen pruebas sólidas que corroboran que las funciones creativas del cerebro permanecen llenas de fuerza hasta el final de la vida, de modo que, a pesar del deterioro evidente de ciertas capacidades físicas, siempre es posible aprovechar las oportunidades que brinda la madurez de la que carecen las personas más jóvenes. Así pues, en cualquier momento de nuestra vida podemos tomar nuevas direcciones para descubrir o reorientar nuestro elemento.

4.- Principios de competencia

 Ser bueno en algo es una condición necesaria, pero no suficiente, para encontrar el propio elemento, ya que la segunda condición es demostrar una actitud firme para dedicarse a las tareas. Estos son los 4 principios de las personas afortunadas, que han dado muestra de su competencia y eficacia:
a) Son expertos en crear, fijarse y actuar de acuerdo con las oportunidades, cuando éstas surgen.
b) Suelen ser efectivas a la hora de trabajar.
c) Tienen una gran confianza en sí mismas.
d) Se mueven rápidamente para controlar la situación cuando algo va mal, porque no consienten que la mala suerte les doblegue.

5.- La necesidad de buenos mentores

A menudo encontrar nuestro elemento requiere ayuda y orientación de otras personas y, como mínimo, una buena tutela eleva la autoestima y la motivación.

Los 4 roles de un buen mentor o mentora, si es capaz de conectar con nosotros y acompañarnos el tiempo suficiente son:
a)    El reconocimiento del interés o la fascinación que tenemos por algo, pudiendo ayudarnos a practicar componentes específicos de nuestra capacidad y pasión.
b)    El estímulo, llevándonos a creer que podemos conseguir aquello que a nosotros nos parece inalcanzable, de buenas a primeras.
c)    La facilitación del camino, pudiendo ayudarnos, mediante consejos, técnicas o recursos concretos.
d)    La exigencia que nos hacen respecto a las tareas y los resultados esperables de ellas, porque están convencidos, tal vez más que nosotros mismos, de nuestras posibilidades.

Igualmente, tan importante como disponer de buenos mentores en la vida, es ver cómo desempeñamos nosotros este rol con otras personas, compartiendo con la Humanidad parte del inmenso y maravilloso regalo que la diosa Fortuna nos ha dado.